-La propuesta modifica cuatro leyes para permitir que todos
los solicitantes de asilo que entren en Hungría puedan ser encerrados en
centros especiales mientras se tramitan sus peticiones.
-Varias ONG denuncian que viola las normas de la Unión
Europea sobre derechos humanos, pues sólo se puede impedir el libre movimiento
de las personas de forma individual si existe un riesgo probado para la
seguridad.
Fuente: abogacía.es
El Gobierno conservador húngaro ha presentado hoy al
Parlamento una enmienda legislativa que permitirá encerrar temporalmente a los
refugiados en centros ubicados en la frontera y que según los defensores de los
derechos humanos viola las normas de la Unión Europea.
El Gobierno argumenta que esta medida sirve para
"reforzar el cierre legal de las fronteras del país", explicó hoy
Bence Tuzson, secretario de Estado de Comunicación, según la agencia MTI.
Tuzson espera que la ley entre en vigor a finales de la primavera, una vez
pasado el trámite parlamentario.
La propuesta modifica cuatro leyes relacionadas con la
inmigración y la protección de las fronteras para permitir que todos los
solicitantes de asilo que entren en Hungría puedan ser encerrados en centros
especiales mientras se tramitan sus peticiones.
"Ni el derecho comunitario, ni el Convenio Europeo de
Derechos Humanos, ni la legislación húngara permiten la detención en masa de
solicitantes de asilo sin un trato personal y sin justificación", ha
denunciado la ONG Comité de Helsinki en un comunicado.
Esta organización argumenta que en casos concretos la
detención puede estar justificada, pero que su aplicación a colectivos enteros
es "un ejemplo de la detención en masa ilícita, algo que ya no existe en
Europa desde hace décadas".
El propio primer ministro, el conservador Viktor Orbán, ya
reconoció en enero que esta enmienda es contraria a la legislación de la Unión
Europea.
Según la normativa comunitaria, sólo se puede impedir el
libre movimiento de las personas de forma individual si existe un riesgo
probado para la seguridad.
Una norma que terminó por la presión internacional
Antes de 2013, cuando llegaban muchos menos refugiados, la
detención de refugiados en centros de internamiento era una práctica casi
automática en Hungría y sólo terminó por la presión de la Comisión Europea, la
ONU y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Hasta ahora, los solicitantes de asilo eran trasladados a
centros de acogida abiertos, desde donde la mayoría salía para continuar su
viaje hacia otros países más ricos de la UE.
Hungría instaló en otoño de 2015 alambradas en sus fronteras
del sur para detener el flujo de refugiados, y el Parlamento aprobó leyes que
penalizan con hasta 5 años de prisión la entrada ilegal en el país.