Más de 500 personas han reclamado este sábado en Ceuta
"derechos humanos" en las fronteras con motivo de la denominada
"IV Marcha por la Dignidad", que ha recordado a los 15 inmigrantes
fallecidos el 6 febrero del 2014 cuando intentaban entrar por la frontera del
Tarajal, un caso recién reabierto por la Audiencia de Cádiz para dilucidar si
la actuación de los guardias civiles influyó en las muertes. "Ningún ser
humano es ilegal" y "Queremos un mundo sin fronteras" se han
promulgado como los dos lemas más repetidos por los manifestantes, que lo
primero que gritaron al llegar a la valla que separa España de Marruecos ha
sido "vergüenza". "Esa valla es ilegal" y "aquí fue el
crimen", han seguido gritando. Diallo Mamadou, de 22 años, ha salido este
día del Centro de Internamiento Temporal de Ceuta (CETI) para apoyar la
concentración. "No quiero que se repita lo de Tarajal, no quiero que haya
más muertes ni violencia en las fronteras. Vengo a reclamar nuestros derechos y
a invitar al Gobierno a permitir la libre circulación de personas", dice
Mamadou, que asegura que él ha podido saltar la valla hasta llegar a Ceuta y
que lleva internado un mes y medio en el CETI.
El maliense Osman Bagaxogo, de 28 años, ha hecho la travesía
desde Huelva, donde trabaja en el campo. "Estas manifestaciones son
útiles, espero un cambio de política migratoria en general, costará trabajo,
pero con la fuerza de todo el mundo se consigue", ha dicho animado.
Pisando la arena oscura, a apenas cinco metros de la valla y con una docena de
policías flanqueando tras los alambres, un inmigrante lee un comunicado en
nombre de los que están en su situación. "Este es un momento muy intenso
que nos lleva a recordar situaciones vividas cargadas de esperanza, superación
sufrimiento y hasta muerte", dice en francés. "Todo por el simple
hecho de querer alcanzar una vida mejor, una vida con dignidad, ya que en
nuestros países no es posible", añade el joven antes de agradecer a los
asistentes su presencia.
La sal del mar en los ojos escuece, apenas puedes ver. No
tienes manos para despejar el agua porque las usas para intentar no ahogarte en
una superficie desconocida. Mientras, agentes de las Fuerzas de Seguridad
españolas disparan pelotas de goma. Es la situación con la que se toparon los
15 inmigrantes que fallecieron cuando intentaban alcanzar a nado la playa ceutí
del Tarajal.
"¡Abajo las vallas de las fronteras!", han voceado
al unísono y en pie los casi 300 asistentes a la mesa redonda celebrada en el
salón de actos del Ayuntamiento de Ceuta durante la mañana de este sábado tras
la intervención de Sani, un camerunés que entró a Ceuta a nado en 2011.
"Lo de Tarajal no es un caso aislado, lleva ocurriendo mucho tiempo en la
frontera. La Guardia Civil tiraba esas mismas pelotas de goma, y la policía
marroquí te pegaba si volvías atrás", narra este joven que ahora estudia
Educación Social en Córdoba.
"Si de verdad hubiera vías seguras para emigrar a nadie
se le ocurriría arriesgar su vida. Detrás dejamos a nuestras familias, nuestros
amigos. Nadie lo hace por la aventura, o porque te gusta morir. En mi caso,
quería estudiar, y tenía dinero para venir con normalidad", cuenta el
camerunés, que critica la complejidad de las políticas migratorias y las
diferencias de derechos según pasaportes.
Le sigue en el turno de palabra Patricia Fernández, abogada
de la Coordinadora de barrios para el seguimiento de menores y jóvenes, que
interpuso un recurso de apelación junto a otras dos organizaciones contra el
auto dictado por la juez María del Carmen Serván, que, en octubre de 2015
levantó la imputación sobre 16 guardias civiles a los que exculpó de los
delitos de homicidio y lesiones imprudentes. Este recurso supuso la reapertura
del caso por la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en Ceuta.
"Si los supervivientes no se hubieran empeñado en
contarlo pensaríamos que fue una tragedia inevitable y los mató el mar. Hoy
sabemos que son víctimas de las políticas migratorias. Pedimos responsabilidad
individual, pero también a los encargados de gestionar la migración, que es una
realidad humana. Eso es lo que reconoce el auto de la Audiencia
Provincial", ha declarado Fernández.
La abogada ha asegurado que de las 15 víctimas, nueve han
sido enterradas en Marruecos y cinco en España, solo una de ellas identificada.
"De los otros cuatro no hemos sido capaces de tener sus nombres. Hay
familias que quieren hacerse la prueba de ADN para poder velar a sus muertos.
Pero los visados han sido denegados porque, según alegan, no muestran motivos
suficientes para concederlo", critica Fernández.
Durante el debate, una camerunesa ha reclamado la falta de
implicación de los países de origen en la causa, una visión compartida por la
abogada. "Los ciudadanos de Camerún tienen que exigir a su Gobierno que
interpele al español. Camerún, Senegal y Costa de Marfil, (países de donde eran
las víctimas), no han afeado al Gobierno español lo que ha hecho. Los
ciudadanos tienen que reclamarlo", ha respondido Fernández, que ha instado
a que se desarrollen estrategias sociales entre los lugares de origen, del
camino y de llegada. "Hasta que no tengamos una red potente para acompañar
durante todo el camino habrán ganado la partida. Las vallas impiden entrar y
también salir", ha concluido.
A la jornada de protesta han acudido manifestantes de País
Vasco, Cataluña, Madrid y Andalucía, entre otros lugares. Un grupo de 85
personas ha salido a las 6.00 en dos autobuses desde Sevilla. Manuel Ocón,
miembro de Solidaridad Internacional, entre el sueño y las ganas de reivindicar
memoria y justicia, muestra la motivación de la protesta. "Esta es la
cuarta marcha que se hace en tres años, esto no se puede olvidar",
declara.
Entre las conversaciones más comunes, se aluden las
comparaciones entre las críticas del muro que Estados Unidos planea construir
en México con la gestión fronteriza en España y Europa. "Nosotros tenemos
el apestoso muro este", dice uno de los asistentes en relación a la valla
con Marruecos. “Las fronteras de Ceuta y Melilla tienen que dejar de ser
espacios de no derecho en los que las ilegales devoluciones en caliente se
suceden sin ningún pudor”, refleja el manifiesto rubricado por las
organizaciones. "Tenemos una deuda con los supervivientes y con las
víctimas que fallecieron", reclama Rodríguez.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2017/02/04/actualidad/1486207197_991832.html
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2017/02/04/actualidad/1486207197_991832.html